lunes, 5 de noviembre de 2012

Esperar contra toda esperanza

Por eso la esperanza verdadera, a diferencia del optimismo, no depende exclusivamente de lo que puede verse y calcularse, ni se agota en el logro de determinados objetivos. Se alimenta en cambio de una visión abierta del mundo, del reconocimiento de que hay algo más allá de lo que aparece, de que la realidad tiene siempre espacio para acoger lo nuevo, de que incluso a pesar de la oscuridad de ciertos momentos de la historia personal y colectiva siempre hay un futuro, cuyas semillas están operando hoy ocultamente a nuestro alrededor. “Al sentirnos esperanzados –explicaba Santiago Kovadloff en un artículo periodístico de agosto de 2001– no negamos que las cosas sean como parecen: negamos que en esa apariencia se agote lo que ellas son”. La esperanza es una certeza misteriosa acerca de la esencial bondad y belleza de la vida, que ningún éxito puede agotar y ningún fracaso puede cancelar, porque hunde sus raíces más allá de la contingencia, en una experiencia al menos implícita de Dios.http://www.revistacriterio.com.ar/nota-tapa/editorial-esperar-contra-toda-esperanza/

No hay comentarios: