domingo, 29 de agosto de 2010
viernes, 27 de agosto de 2010
lunes, 16 de agosto de 2010
¿puede ganar Kirchner en el 2011?
No están Winston Churchill, ni Charles De Gaulle, ni Vaclav Havel esperando ser votados el año que viene. Parte de la sociedad argentina se pregunta por qué la orfandad en materia política se esparce día tras día. La respuesta es simple: no somos ingleses honrando su monarquía, ni franceses involucrados, ni checos dispuestos a conseguir la libertad sin claudicar. Y a esta altura de las circunstancias, sostener que la dirigencia es un espejo del pueblo resulta una obviedad.
En definitiva, los argentinos estamos expuestos, sin anestesia, a vernos como somos en quienes se supone nos representan o pretenden hacerlo en corto tiempo: individualistas, egocéntricos, narcisistas, con un exceso de relativismo ético, y dispuestos a ocuparnos como si fuéramos dioses de aquello para lo que no estamos capacitados o directamente desconocemos
En definitiva, los argentinos estamos expuestos, sin anestesia, a vernos como somos en quienes se supone nos representan o pretenden hacerlo en corto tiempo: individualistas, egocéntricos, narcisistas, con un exceso de relativismo ético, y dispuestos a ocuparnos como si fuéramos dioses de aquello para lo que no estamos capacitados o directamente desconocemos
jueves, 12 de agosto de 2010
miércoles, 11 de agosto de 2010
martes, 10 de agosto de 2010
lunes, 9 de agosto de 2010
martes, 3 de agosto de 2010
lunes, 2 de agosto de 2010
¡Es la gente, estúpido!
Escuchar hablar de los candidatos que se barajan con miras al 2011 es una afrenta más que una campaña proselitista. Néstor Kirchner gana en perversión; Ricardo Alfonsín, en bonhomía. Ninguno de esos atributos hacen a un estadista. En ese contexto está claro que la Argentina se aproxima a otra elección de la cual emanará, sin eufemismos, un gobierno malo. Quizás no por sus integrantes sino por el estado en que está quedando esta geografía.
Ahora bien, es dable aceptar que hay una costumbre arraigada ya a convivir con administraciones ineptas, lo que no puede caer en idéntica situación es esta maledicencia que lleva a sobrevivir con un gobierno perverso y maniqueo capaz de poner, desde el primer ciudadano al último, en libertad condicional y en amenaza perpetua
Ahora bien, es dable aceptar que hay una costumbre arraigada ya a convivir con administraciones ineptas, lo que no puede caer en idéntica situación es esta maledicencia que lleva a sobrevivir con un gobierno perverso y maniqueo capaz de poner, desde el primer ciudadano al último, en libertad condicional y en amenaza perpetua
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