viernes, 30 de abril de 2010

Caza de brujas

El deseo insaciable de perpetuarse en el poder hace que se utilice cualquier medio para buscar nuevas víctimas expiatorias


Desde su llegada al poder, los Kirchner no han cejado en su desaforado afán de intentar construir poder a partir de promover la intolerancia, las divisiones, los enfrentamientos, las tensiones, los resentimientos y hasta el odio entre los diferentes sectores de la sociedad.

El populismo no se lleva bien con la ganadería



por Ricardo Lopez Murphy

A estas alturas, resulta claro para todo el mundo que las políticas populistas seguidas por el actual gobierno de turno -en particular, desde 2006 con las restricciones a las exportaciones de carne- afectaron gravemente, y de manera difícil de revertir, el rodeo ganadero.

En esta destrucción de bienes de capital, en cualquier área de la economía, los hechos no ocurren de la noche a la mañana. Toma bastante tiempo devastar el stock de capital y reducir sensiblemente la cantidad de cabezas de ganado. Esto es lo que vino ocurriendo los últimos años y, al revés de lo que debió haber sido una actitud lúcida, se festejó el "aumento" de la producción cuando, en realidad, se trataba de una matanza indiscriminada de animales.

Hoy las consecuencias están a la vista. Tenemos precios extraordinarios para la carne en el mercado internacional que no vamos a poder aprovechar por la falta de volumen suficiente. Se afectó seriamente la industria frigorífica, y sobre todo, se creó un clima no propicio en un momento en el que el país debería estar festejando los excepcionales valores que paga el mundo por la producción argentina.

¿Cómo se puede justificar semejante desastre cuando las circunstancias son tan favorables? Sólo se puede provocar con políticas que no reconocen las consecuencias en el largo plazo de los controles de precios, de las prohibiciones de exportaciones, de los impuestos arbitrarios. Que no reconocen lo complejo que es el sistema de mercado y la asignación de recursos en economías muy sofisticadas, cuando se actúa simplemente con una visión miope y de inmediatez.

Los datos indican que la oferta ganadera cayó cerca del 30% respecto del pico del año pasado, llevando la faena a menos de un millón de cabezas mensuales desde el millón cuatrocientos o cuatrocientos cincuenta mil de mediados de 2009. Esto, a su vez, genera una merma de 35% en la producción de carne, que se puede agudizar a partir de la retención, que se iniciaría sólo en el segundo semestre.

Estas cifras significan que los argentinos deberán bajar al menos 20% su consumo de carne vacuna en los próximos años (a alrededor de 50 kilos por habitante/año), debido a la menor producción, imposible de ser suplida antes de 2014.

Parte del achicamiento del rodeo fue resultado de la extraordinaria sequía de 2009, pero las malas políticas y el desincentivo a la ganadería ya venían probando un aumento en la participación de hembras en la faena durante los últimos años, que se transformó en liquidación y llegó hasta niveles de alrededor de 50%, desde el piso de 36% en marzo de 2006.

Semejante escenario fue el que permitió, en 2009, un nivel de faena extraordinario, y también un relativamente abultado volumen de exportaciones, de 640.000 toneladas.

Es en el sector de la carne donde se están viendo las graves consecuencias del populismo. Y va a ocurrir algo parecido en otros sectores que también fueron descapitalizados. Por la densidad en materia de bienes de capital de estos sectores, va a pasar más tiempo hasta que se perciban estas mismas consecuencias.

Aquí cabe señalar una lección: no volvamos a cometer los mismos errores que en el pasado. Generemos las condiciones que den previsibilidad al sector y permitamos recomponer el capital productivo necesario para poder abastecer al país y al mundo, que están demandando con sumo interés los productos argentinos.

El autor fue candidato presidencial

ricardolopezmurphy@gmail.com

jueves, 29 de abril de 2010

Kirchner, débil en el Congreso pero avanzando en la calle

Mientras el oficialismo enfrenta dificultades en el Congreso, busca retomar la ofensiva con movilizaciones en la calle.

"El Bicentenario encontrará al país embarcado en una disputa sustancial entre el pasado y el porvenir"

Botnia y el corte, tras el fallo

A partir de mañana mismo, el gobierno argentino debiera adoptar la estrategia adecuada: invitar públicamente a su par oriental a que argentinos y uruguayos nos sentemos a convenir ahora, ya mismo, un sistema de control binacional, con compromiso efectivo de paralizar su funcionamiento toda vez que se excedan los márgenes convenidos.

Coimas en Venezuela: Juez y Buzzi dan crédito a las denuncias

El senador por Córdoba, Luis Juez, y el titular de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, dieron crédito a las denuncias de pedido de coimas por parte de funcionarios del Ministerio de Planificación a los empresarios para que se les permitiera vender en Venezuela.

Economía ratifica que no aceptará una auditoría del FMI sobre las cifras del INDEC

"No parece que sea razonable una auditoría compulsiva sobre cifras que reflejan la realidad. No son aceptables ese tipo de auditorías sobre estadísticas", dijo el viceministro en declaraciones radiales.

La Presidente debería concentrarse en desterrar estos oscuros extremos en los que el país se ha hundido bajo su presidencia y la de su esposo

...periodistas anónimamente escrachados, un vicepresidente a quien se preparan para cruzar con alquitrán la semana próxima, una agencia de impuestos que pide las huellas dactilares de los contribuyentes, personas privadas que denuncian que podría estar por cometerse una manipulación de su identidad genética… Es un panorama sombrío, casi “Menguelístico” de la Argentina.

Junatacadáveres

Una adrenalina alimentada de desprecio infinito sigue pautando la respiración nacional. Siempre hay chivos emisarios para ese odio congénito.

miércoles, 28 de abril de 2010

Surge el temor de la favelización

Sin embargo, varias fuentes consultadas por este diario opinaron que el Estado está ausente en muchos barrios marginales y que, debido a esa ausencia, podrían organizarse en esos territorios sociedades informales, regidas por otro orden: un orden fuera de la ley, manejado por delincuentes y narcotraficantes.

¿O acaso no se dejó a Alemania sin carne en pleno mundial de fútbol?.

Es que con bastante ingenuidad, y no poco desconocimiento, varios funcionarios de la Administración Kirchner parecen haber pensado que en las relaciones comerciales con el mundo, y con los clientes del exterior, se podían adoptar las mismas arbitrariedades que en el plano interno.

"Esto de los ilícitos sigue hoy"

Para el presidente Hugo Chávez, las declaraciones del ex embajador argentino en Venezuela se inscriben dentro de la permanente "conspiración del Imperio"

La oposición avanza en el Congreso y Kirchner no cede

La oposición puso en evidencia que si bien tiene fuertes diferencias ideológicas, políticas y electorales, ha consensuado un programa en el plano institucional, que pasa por la limitación al Ejecutivo en el uso del DNU, la modificación del Consejo de la Magistratura, la coparticipación del impuesto al cheque -a la que puede seguir un proyecto similar sobre los ATN- y el saneamiento del INDEC, aunque carece de la capacidad para comunicarlo con eficacia.

Frente para la Victoria: Sponsor involuntario de Julio Cobos

Nada sería peor para Cobos que el oficialismo deje de prestarle atención. Mientras tanto el mendocino sigue recibiendo los cachetazos que paradojalmente lo acercan cada vez más a su consagración.

Apunten contra los periodistas

Resulta, sin embargo, que no hay una fórmula verdadera para el periodismo que no incluya su función crítica del poder

Gobierno fuerte, gobierno débil

El poder de un gobierno está en directa proporción con el grado de cohesión y homogeneidad sociocultural de un país. Esto incide en la capacidad de comunicarse, de llegar a acuerdos. ¿Pueden gobernarse con las mismas instituciones países con estructuras socioculturales diferentes? Esto es algo que los teóricos muchas veces ignoran.

martes, 27 de abril de 2010

Ofuscada dualidad

Un signo característico de estos tiempos es el de la vehemente confrontación que conlleva cada debate político. Posiciones opuestas, culminan invariablemente en discusiones airadas, con protagonistas que hacen oídos sordos, al planteo ajeno.

Enfrascados en su misma visión, los más, se dejan vencer por la pasión. Plantean todo casi como una competencia deportiva en la que habrá vencedores y vencidos.

Para ellos sólo se trata de tener razón a cualquier precio, y argumentar con lo que se tenga a mano para lograr que las premisas se ajusten al desenlace esperado. Un deplorable hábito intelectual que primero establece la conclusión pretendida, para luego seleccionar las premisas que mejor se ajusten a lo deseado.

Finalmente todo queda reducido a oficialismo y oposición.

Si el lugar desde el que se habla es la trinchera cercana al poder, pues todo lo que hace el gobierno será magnífico. Los funcionarios son honestos, profesionalmente preparados, equilibrados en su discurso, tolerantes demócratas, excelentes líderes y cuanto elogio esté al alcance.

Todo lo que hacen luce, hasta los errores. Cuando se equivocan incluso, nos convencerán, de que es sólo parte de un premeditado e inteligente plan que incluye el error como engranaje indispensable del exitoso proceso. La autocrítica no está en la agenda, bajo ninguna circunstancia.

Aparecen así, fundamentalistas del oficialismo, aduladores y alcahuetes, muchos de ellos plagados de motivación económica, para defender con uñas y dientes la posición personal obtenida, ésa que les permite llevar dinero a sus hogares, y que opera en sintonía exclusiva con su propia conveniencia. No defienden sus convicciones, sino sólo sus intereses materiales.

Los privilegiados del poder, los que reciben prebendas y favores directos deberían, al menos, guardar decoro cuando alaban al gobierno de turno, porque les comprenden las generales de la ley. El discurso de las férreas creencias se debilita, cuando detrás de cada explicación subyace la actitud de pasar por caja a cobrar cada adulación. Una cuota de dignidad debería contener esa eufórica reacción que lleva el signo pesos por delante.

Pero también están los otros, los simples ciudadanos, genuinos defensores de causas ajenas, esos que se sienten atraídos por determinadas ideas y proyectos que lleva adelante el oficialismo y que caen en la trampa de “aceptarlo todo” como si fuera un combo, en el que las opciones son “tómalo o déjalo”.

Gente de a pie, trabajadores, hombres alejados de la actividad política y que no reciben nada a cambio, entran en la dinámica de la intransigencia. Discuten con fervor defendiendo a sus gobernantes como si fuera su propio proyecto.

La contratara de este fenómeno se vive, de idéntico modo, del lado de la oposición. En este caso, la premisa será que cualquier cosa que haga el oficialismo está llamada a ser un fracaso antes de dar su primer paso.

Se enrolan en esta posición, resentidos crónicos, fracasados endémicos y revanchistas consuetudinarios. Ellos criticarán todo, desde la hora a la que se despierta el funcionario oficialista, hasta el color de su camisa.

Cualquier hecho, por insignificante que fuera, será sobredimensionado para atribuirle un nuevo revés al poder de turno. Nada de lo que hace el partido gobernante puede estar bien repitiendo esa fórmula que arranca por la conclusión y culmina en las premisas.

Lo paradójico es que esa ceguera permanece en el tiempo. Sólo cambian ciertas circunstancias. Los años pondrán a los oficialistas en opositores y a la inversa, y la misma pasión para defender lo que sea estará nuevamente presente, ahora con el signo cambiado.

Aquel oficialista recalcitrante, será el más ferviente opositor cuando le toque estar en la vereda de enfrente. Y ése que dedicaba largas horas a la queja, relativizará cualquier ataque cuando sea su turno de ejercer el poder.

Convivimos a diario con esta dualidad, esta paradójica y zigzagueante actitud de defender lo indefendible, siempre con retorcidos argumentos. Como si todo estuviera bien, como si todo estuviera mal. En ambos casos, de un lado o del otro, la infantil caricatura de los eternos exaltados nos muestra una realidad a medias, una fotografía que nos retrata en forma incompleta.

Precisamos convertirnos en una sociedad con más mesura, con el criterio suficiente, para abandonar tanto testimonio superficial, fanatismo insolente y jerga panfletaria, dejando de lado las coyunturales luchas por el poder que sólo consiguen repetir las viejas y malogradas recetas del pasado.

No se trata de una disputa deportiva en la que vestimos la camiseta de nuestro equipo. Esto es más complejo, y sobre todo más significativo. Se trata del mundo en el que vivimos, el país que nos alberga, la ciudad por la que caminamos. Se trata del presente y del futuro y, sobre todo, del de nuestros hijos.

La exasperación sólo lleva a perder el rumbo, a sacar lo peor de sí, a descalificar antes que argumentar, a partir de prejuicios denostadores antes que escuchar activamente a los que ofrecen una mirada diferente. Todo lo que dice el otro es “basura” para estos protagonistas que se impregnan de soberbia cuando expresan lo que piensan. Están llenos de odio e irradian un profundo y absoluto desprecio por los demás.

Tanta banal discusión, que sólo se enfoca en ganar la próxima pulseada, en combatir electoralmente suponiendo que el que obtiene más votos tiene razón, es sólo una muestra de esta patética forma de ver la democracia, la república y la política toda.

Nuestras sociedades evolucionarán en la medida que seamos capaces de razonar, de pensar, de debatir inteligentemente con argumentos aptos para superar los propuestos y, porque no, con percepciones ideológicas diversas, compartiendo ámbitos plurales, como en definitiva, pasa en la vida misma.

El reduccionismo que nos proponen los inadaptados de siempre, los de uno y otro lado, los opositores y los oficialistas, seguirá profundizando esta bélica visión de los bandos, de los grupos opuestos, antagónicos, enfrentados, donde lo que importa es imponer, tener razón como sea, sojuzgar a los que son minoría, para finalmente aplastarlos y hacerlos batallar por la disputa de un espacio único.

El lenguaje de la paz y la concordia, el de la razón y el sentido común, el del diálogo y el respeto, el del acuerdo y el consenso, no tienen cabida en el beligerante idioma que nos proponen los dueños de esta ofuscada dualidad.

Alberto Medina Méndez

amedinamendez@gmail.com

Skype: amedinamendez

www.albertomedinamendez.com

03783 – 15602694

Populismo o mercados. El dilema de América Latina, de Sebastián Edwards

A comienzos de los años noventa, buena parte de los países de América Latina implementaron una serie de reformas de mercado destinadas a liberalizar, desregular y modernizar sus economías. De acuerdo con sus promotores, estas reformas permitirían poner fin a la inflación, y colocar a los países de la región en la senda del crecimiento sostenido, reduciendo significativamente los niveles de pobreza y desigualdad.

Cuba y Venezuela cada día "son más la misma cosa"

El presidente cubano, Raúl Castro, afirmó que su país y Venezuela cada día "son más la misma cosa", al emprender el regresó a La Habana tras una visita a Caracas con motivo del bicentenario del inicio de la independencia venezolana.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - "Me voy muy satisfecho porque se consolidan y avanzan las relaciones con nuestros hermanos venezolanos. Cada día somos más la misma cosa", dijo Raúl Castro, presidente de Cuba, que llegó a Caracas el 18 de abril. El presidente cubano fue acompañado hasta el avión Ilyushin 96 (Il96-300) por Hugo Chávez, con quien conversó un rato al pie de la escalerilla.

Los dos presidentes se habían reunido en el palacio de Miraflores, centro de Caracas, tras los actos del Bicentenario, a los que asistieron el pasado lunes otros presidentes de la región aliados de Chávez.

Esta visita sigue a la que Chávez hizo a Cuba el jueves pasado en el marco de los convenios de la Alianza Bolivariana para las América (ALBA), durante cual se reunió tanto con Raúl Castro como con su hermano, Fidel Castro.

El pasado domingo, Chávez anunció que Castro iba a permanecer en el país después de las conmemoraciones por el Bicentenario para cumplir el martes "una visita de trabajo, una visita oficial, para seguir alimentado y conformando la unidad" entre los dos países.


Argentina con todo para ganar menos su gobierno

Con una experiencia populista de fracasos seriales, los argentinos deberían haber aprendido la lección, pero el adoctrinamiento peronista ha superado al comunista. No ven la luz al final del túnel. Viven encerrados en su propio mundo donde Perón sigue siendo lo más grande, negando toda objetividad, sentido común y lucidez.

El impuesto al cheque en Argentina: Una medida del pasado que esconde problemas del presente

El “impuesto al cheque” –también llamado “impuesto a los débitos y los créditos bancarios”- fue creado en marzo de 2001 por el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, como una medida temporal ante la profunda crisis económica y fiscal que atravesaba la Argentina. A través de este gravamen, inspirado en una experiencia previa en Brasil, el fisco se quedaba con el 0,6 % de cualquier operación con cheques.

Homosexualidad

Hasta hace muy pocos años todo el mundo sabía lo qué era un “matrimonio normal”, lo que era un “homosexual” y quienes podían o no adoptar a un menor. A nadie, desde hace miles de años, se le ha ocurrido igualar la unión entre dos homosexuales con el matrimonio. De pronto, llegan los progres; y en nombre de su peculiar sentido de la libertad, igualdad y fraternidad, utilizan las palabras matrimonio y homosexual con significados opuestos al sentir general de la sociedad. Sorprendentemente, la adopción de menores por los homosexuales, se torna una exigencia, un derecho.

El fin del Tercer Mundo

Por Robert B. Zoellick , presidente del Banco Mundial.

El multilateralismo moderno no será un sistema jerárquico, sino que se parecerá más al alcance mundial de Internet, interconectando a cada vez más países, empresas, individuos y organizaciones no gubernamentales a través de una red flexible. Las instituciones multilaterales legítimas y eficaces, como el Grupo del Banco Mundial, podrán establecer un tejido de interconexión que llegue a toda la arquitectura esquemática de este sistema dinámico y multipolar. Debemos respaldar el surgimiento de múltiples polos de crecimiento que nos puedan beneficiar a todos.e_SCrt LA NACION

lunes, 26 de abril de 2010

Ese maldito Israel

A ese "maldito Israel" pretenden borrar del mapa. Prometen que, sin su existencia, todo funcionaría mejor, así como los nazis prometieron que el mundo funcionaría mejor sin judíos. Es tan evidente el grotesco, que ni cabe perder el tiempo en una refutación.

La insólita orden de Néstor: "Hay que matar a Cobos"

El viernes pasado, hubo reunión en la Quinta de Olivos. Allí Néstor Kirchner dio la orden de destrozar a Julio Cobos. La operación oficial y la campaña mediática que viene.

Avanzan las gestiones tendientes a definir candidaturas para las presidenciales del año próximo. El Peronismo se muestra más organizado que el Radical

Se intenta, a través del presente informe, trazar un panorama preelectoral conforme a los datos existentes hoy en el escenario político, el que, como suele aclararse en estos casos, puede modificarse de manera importante, no sólo como consecuencia de posibles fusiones, cambios de frente, “borocotizaciones” o peleas entre integrantes de distintas fórmulas, sino, sencillamente por actitudes humanas y personales de las figuras que apuntan a presentarse en tan importante puja.

APELAR A LAS RESERVAS ES UNA NECESIDAD CADA VEZ MÁS URGENTE

Aunque los ingresos fiscales muestran fuertes incrementos, no alcanzan para compensar el desaforado crecimiento del gasto público. Por eso, el uso de las reservas para financiar al Estado es una necesidad tan urgente que vuelve irrelevante la discusión sobre la autonomía del Banco Central. Si se quiere evitar el envilecimiento de la moneda es imprescindible replantear iniciativas que impulsó el oficialismo, con la venia de la mayor parte de la oposición, como la manipulación de tarifas y precios que demanda enormes subsidios, la estatización de empresas y...

domingo, 25 de abril de 2010

Sí, es la ética.

Según el criterio de los líderes sudafricanos la “punitiva” es la que impone el respeto a la ley abstracta, con sus consiguientes sanciones; la “reparadora” no tiene como objetivo proteger un orden jurídico sino permitir a los culpables y víctimas volver a vivir juntos. “Para nosotros”, dice Tutu, “la armonía social es el sumum bonum, el soberano bien. Todo aquello que es susceptible de comprometer esta armonía debe ser evitado como la peste”.

Estas reflexiones poseen en estos días una ejemplar ilustración en la película “Invictus”, formidable realización de Clint Eastwood, que narra el esfuerzo gigantesco de Mandela para impedir que la población negra, humillada y martirizada durante más de medio siglo, buscara venganza. “El perdón ensancha el alma”, dice allí Mandela, encarnado en el rostro y la voz de Morgan Freeman.

Los soldados bolivianos callan ante Chávez

Con un contundente silencio respondió la guardia presidencial boliviana a Hugo Chávez cuando este lanzó el lema socialista “Patria o Muerte”.

viernes, 23 de abril de 2010

La crisis como síntoma


Reyes Calderón [Decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales]

Hay voces que apuntan que los vaivenes financieros son sólo los picos de fiebre de una sociedad verdaderamente enferma.

Ilustración: Alberto Aragón.



Las discusiones sobre la crisis económica llevan meses tiñendo páginas de diarios y ocupando minutos en los informativos. La nueva jerga —en inglés, naturalmente: Subprime, Swaps, Hedge funds...— y la ya conocida —deflación, paro, déficit...— se han colado en cenas de amigos y conversaciones de café. Hasta los niños —normalmente ajenos a las disquisiciones económicas— adelgazaron sus peticiones a los magos de Oriente, en solidaridad con el pobre Gaspar, a quien esta coyuntura ha situado al borde del paro, cuando no en la zanja.

Las reflexiones sobre la crisis discurren por distintos derroteros. Hay un debate, propio de tertulias radiofónicas, que se ensaña con políticos y reguladores, gerentes y banqueros. Por no haber sabido calibrar los efectos de una política de tipos de interés bajos y excesiva liquidez; por no haber previsto que provocaría una inadecuada evaluación del riesgo, un endeudamiento irresponsable y una diarrea de consumo. Por la deficiente regulación —el Estado viaja en Seiscientos; el mercado, en un Ferrari F430 Spider— que ha permitido sobre-endeudarse a bancos y cajas; fraudes; nuevos productos financieros, que pocos entendían y nadie controlaba, o conflictos de intereses de las calificadoras de riesgos… Se denuncia aquí y allá la esquizofrenia pública: prohibir el consumo de tabaco pero permitir que activos tóxicos, humo financiero y especulación llenen los mercados. Aunque el debate estrella es el coste de las medidas del Ejecutivo, que pueden haber costado en 2009 a cada español activo (y española, también en esto rige la igualdad) más de 20 euros diarios.

Hay un segundo frente abierto, mucho más interesante a mi entender, que no se fija en los actores sino en el escenario. Porque, al fin y al cabo, aunque a los de la profesión nos duela, la Economía forma parte de esa aleación que llamamos sociedad; está embedded, que diría Karl Polanyi, de modo que no podemos discutir sobre ella empleando el tradicional Ceteris paribus.

Se presta poca atención al escenario, pero resulta tan interesante como los actores, porque permite juzgar la película completa. Y ahí es donde aparece la verdadera diversidad de opiniones. Hay quienes insisten en que esta película ya la hemos visto; otros aseguran que es un producto nuevo, sin catalogar.

No es esta la primera crisis que padecemos; ni será la última. En realidad, la vida presenta naturaleza cíclica. Estaciones; noches y días; nacimientos y entierros; éxitos y fracasos; advientos y cuaresmas. En este sentido, la crisis es para la Economía lo que la gripe para el cuerpo humano: un proceso desagradable, incómodo y recurrente. Vuelve con determinada cadencia, estropea la existencia durante unos días, y luego, con o sin medicinas, se va. En ocasiones, la cepa resulta agresiva: produce mucho paro y reduce considerablemente el bienestar; en otras, la enfermedad es leve, afecta a menos tejido industrial y a menor porcentaje de población activa. Pero, en ambos casos, el proceso resulta similar: la sociedad se desprende de sus viejas fórmulas, de los muebles pasados de moda. Adelgaza y, de nuevo esbelta, se lanza a la innovación: nuevos productos, procesos, mercados. Como recuerda Ortega, la humanidad necesita periódicamente sacudir el árbol para que caigan las frutas podridas del arte, de la ciencia… Y de la economía.

Los PCs enterraron a las Olivetti y a un número no pequeño de auxiliares administrativos; el libro electrónico comienza a desplazar a las librerías tradicionales, y quién sabe si también a muchas editoriales; y China…. Sin comentarios. En ese sentido, pese a ser dolorosas, las crisis parecen responder a un proceso natural y necesario de destrucción creadora. Los niños dan el estirón tras el episodio febril; la sociedad, también.

No es una crisis epidérmica sino la punta de un iceberg

Que la actual es una mala gripe, nadie lo duda. Extremadamente prolongada, produce tos, fiebre, espasmos y abundante mucosidad. En 2008, las pérdidas, sólo en el sector financiero, ascendieron a un trillón de euros; la destrucción de riqueza en el mercado bursátil fue quince veces el volumen de riqueza de la Unión Europea. En 2009, las cifras de crecimiento de la economía mundial se asemejaron a las del año 1945, cuando el mundo sentía los estragos de la II Guerra Mundial. Por no hablar de los trabajos perdidos, que se cuentan por millones.

Una mala gripe... Como digo, algunos insisten en que no deja de ser una virasis común, que nos ha pillado descolocados en la medida en que venimos de un largo periodo de salud y prosperidad. Actimel, flexibilización del mercado de trabajo, alguna que otra reformilla estructural, una purga para la indigestión de ladrillo y se acabó. Otros —entre los que me cuento— no lo tenemos tan claro. Se comprenderá que este punto resulte vital: según sea el diagnóstico, será el remedio.

Estamos empachados de ladrillo y bajos de defensas, nadie lo niega, pero entiendo que hay algo más en este escenario. No estamos sólo ante un sistema que cambia de piel a la espera de nuevas ideas o nuevos talentos. No es una crisis epidérmica, sino la punta de un iceberg que, con vestes financieras, presenta naturaleza social; una bacteria que requiere antibióticos. Y por vía intravenosa.

Crisis implica inestabilidad y, por tanto, alto índice de imprevisibilidad. La magnitud de esas perturbaciones debe medirse por las distancias a sus antónimos: estabilidad y previsibilidad. Las crisis del último cuarto del siglo xx mostraron sistemas alejados del equilibrio que resultaron capaces de volver a la disciplina y a la senda del orden. “Un caos”, dirá la madre al ver el cuarto de juegos, aunque sabe que, con más o menos esfuerzo, todo volverá a su sitio. Porque todo tiene un sitio.

La diferencia con esta, creo, estriba en que hoy muchas cosas no tienen sitio; al hacer el puzzle nos sobran piezas y nos falta mapa. Si se me permite el símil, el comportamiento del sujeto económico se asemeja al del hijo pródigo de los Evangelios. Cuando tiene hambre, nunca antes, recuerda el bienestar que late en el aburrido orden. Tras décadas de comer suculentos manjares hasta atocinarse; tras ir de crucero, cambiar la cocina y el baño, comprarse un nuevo coche, televisión de plasma, iPhone y un bono de spa, el agente económico del siglo XXI se encuentra de pronto muerto de hambre, desempleado, entrampado, perseguido por los cobradores del frac. Y entonces recuerda las bondades del orden, la disciplina y la austeridad. Y trata de volver. Pero no encuentra el camino. Ni siquiera figura en Google maps. De ahí su perplejidad.

El mundo va a tal velocidad, que se ha perdido. ¿Dónde está el pasado al que volver? Los entornos institucionales, que antaño permanecían estables entre 102 y 103 años, han saltado por los aires. El futuro ya no es incierto (es decir, carente de certeza): es ignoto. Está como descoyuntado. El número de fotogramas de esta película crece ininterrumpidamente sobre una base tecnológica que sólo explotamos entre en un 15 y un 20%, y que amenaza con arrastrarnos. Los países a los que habíamos condenado al fracaso por sobrepoblación (China, India, Brasil) son ahora las locomotoras del mundo, mientras los occidentales nos permitimos el lujo de tirar por el retrete de la IVE a millones de seres humanos, manteniendo crecimientos cercanos a cero.

Los fondos compran occidente como si jugaran al monopoly

Algunos de los regímenes supuestamente incivilizados, desconocedores de las bondades de la democracia y de determinados derechos humanos, son ahora prestamistas universales. Manhattan es propiedad de árabes y rusos. Berlín está a la venta. Los fondos soberanos compran Occidente como si jugaran al Monopoly. Mientras en España discutimos el mantenimiento de derechos laborales, en el mundo cantidades ingentes de seres humanos conquistan derechos que nunca habían gozado, por ejemplo comer a diario, mientras producen en masa a precios ridículos. Mientras los sistemas financieros colapsan, los sistemas de banca paralela —la Hawala, la vuelta brasileña—, basados en la confianza étnica o familiar, prestan, financian o transportan dinero a espuertas.

Lo que ocurre no es epidérmico, es más profundo; afecta a los modos compartidos de hacer y de pensar. Occidente, lento y gordinflón, ha olvidado que la capacidad de adaptación a lo desconocido tiene su raigambre en las tradiciones recibidas, en los valores que venía de despreciar. El gran historiador Edward Gibbon argumenta que cuando los romanos perdieron sus virtudes de siglos dejando la tarea de defender el Imperio en mano de mercenarios, Roma cavó su propia tumba. Tengo la sensación de Déjà vu, déjà vécu.Y no soy la única.

Quien más quien menos ha releído a lo largo de estos meses el libro de Galbraith El crack del 29. Quizás se deba a esa tendencia de volver la vista al pasado para pescar allí claves para comprender el futuro, bajo la premisa de que nada hay nuevo bajo el sol. O quizás porque en verdad existan similitudes sociales entre los felices años veinte —imperio del dinero fácil construido sobre un mundo especulativo— y el mágico primer lustro del siglo xxi, periodo de vida regalada, prosperidad y sobre-consumo en el que hemos acariciado la quimera de ser como dioses. O por el reverso: porque existe cierto parentesco entre los oscuros años treinta y este final de década. Aquellos acabaron con la vida y las aspiraciones de millones de personas; estos, con cifras de paro escandalosas, empresas añosas que caen como moscas y desánimo general. De nuevo la cruda realidad, sin anestesia: no pasamos de diosecillos con pies de barro.

Sea como sea, releyendo a Galbraith me preguntaba cómo nos juzgará la Historia. Qué estudiarán nuestros nietos, si es que los tenemos y estudian algo que merezca la pena. A quién culpará la siguiente generación. No se trata de buscar una aguja en un pajar. Como he señalado, cabezas de turco no faltan. Sin embargo, me temo que nuestros retoños no se van a conformar con culpar a los estrategas. Por tentador que pueda resultar arremeter contra quienes diseñan la política económica o regulan los mercados, es injusto tratar de sentar en el banquillo a un único acusado. Esta crisis está ligada al sector financiero, al ladrillo y a los sapientísimos managers y políticos. Pero, como advierte cualquier persona con dos dedos de frente, si alguien vende es porque alguien compra. En un artículo reciente aparecido en The Financial Times, Swiderski apunta que a los excesos de politicos y banqueros han de sumarse los de los consumidores, que han vivido muy por encima de sus posibilidades y han consumido las rentas esperadas de la década siguiente como si el futuro fuera una variable manejable a discreción. En The New York Times, Andrew W. Lo da cuenta de los resultados de una investigación experimental que sugiere que los periodos extensos de prosperidad actúan creando un estado de euforia y autocomplacencia similar a la que ocasionan algunas drogas y provocando una reducción en la percepción de riesgo asumido. Hemos de reconocer que nuestro adiestramiento en la opulencia ha sido intensivo y exponencial. Una buena sobredosis.

En esta línea, se alzan voces que advierten de que no estamos ante una simple crisis, sino ante una crisis de sentido, de valores. Como si lo que vemos fuera consecuencia de otra enfermedad más profunda, moral y social. Como si los vaivenes financieros fueran no más que los picos de fiebre de una sociedad verdaderamente enferma: “Con problemas de avaricia” (J. Almunia); “una crisis de principios y valores, gente que ha intentado enriquecerse y mucha gente que ha vivido por encima de sus posibilidades” (M. Rajoy); “gente que no se auto-controla y busca el interés desmedido a costa de lo que sea” (J.L. Rodríguez Zapatero); “desorden, codicia y ausencia de una relación adecuada nos han llevado a una situación muy difícil para todos” (F. González, presidente de BBVA). En su libro The Creation and Destruction of Value, Harold James lo resume así: la incertidumbre que ha generado la crisis financiera alrededor del valor monetario de las cosas escapa de ese escenario para provocar la reconsideración de los valores en un sentido general. Esta visión es también la del ciudadano de a pie. Una encuesta realizada en 2008 por TNS Sofres señala que la mayoría de los españoles (87%), suecos (82%), alemanes (79%) o franceses (74%) cree que lo que cuestiona la crisis son nuestros valores y formas de vida.

Nuestra forma de vida…. ¿de veras no nos gusta?

Porque en apariencia nunca hemos estado mejor, más sanos ni más guapos. Es innegable que esta modernidad individualista y materialista ha expandido enormemente nuestra capacidad de elección y consumo. Atrás quedaron las listas de espera para optar por un Seat: elegimos ropa, estudios, coches, vacaciones… Vivimos una era de posibilidades a rebufo de las nuevas tecnologías, que parece abrirnos cualquier puerta. Las palabras más escuchadas en la publicidad son “sin límite”; “sin fronteras”; “ya”; “todo”…

Entonces, ¿de qué estamos hablando?

Hablamos de que esa forma de vida —que tiene al éxito por meta y al consumo por timón— presenta costes que no hemos calculado, y que han quedado de manifiesto por la crisis, en especial un marcado cambio en la jerarquía de valores.

El llamado patrón (o síndrome) de éxito parte de la premisa (nada nuevo bajo el sol) de que existe una suerte de alquimia que hace del hombre individualista, egoísta, codicioso, volcado sobre sí mismo: un contribuyente neto a la prosperidad general. La sociedad premia a este arquetipo con potentes bonus que le permiten tener y acceder a todo en un tiempo récord, exprés. Sin embargo, el mercado es un dios celoso, que exige la exclusividad, lo que ha obligado a nuestros jóvenes a eliminar cualquier barrera que dificulte su cotización. Por perseguir el éxito han dejado de casarse y de tener hijos (en España una universitaria tiene de media tres cuartos de hijo, a los 40 años de edad); proliferan los abortos hasta convertirse en un verdadero genocidio; o se apuesta por una intimidad barata, sin responsabilidad alguna... Por el éxito, arrinconaron la familia, la amistad, la solidaridad. No iban con los tiempos, deslucían el progreso y reducían la posibilidad de triunfar y de consumir hasta el despilfarro.

Tener éxito no es alcanzar la fama, sino ser feliz

Durante un tiempo, el modelo pareció funcionar y se expandió como la espuma. Algunos intentaron advertirnos. Juan Pablo II denuncia en Centesimus Annus “un estilo de vida que se presume como mejor, cuando está orientado a tener y no a ser, y que quiere tener más, no para ser más, sino para consumir la existencia en un goce que se propone como fin en sí mismo”. Galbraith, esta vez en La sociedad opulenta, recuerda que “la riqueza constituye un implacable enemigo de la comprensión. El hombre pobre tiene una visión precisa de su problema y su remedio: no tiene suficiente y necesita más… El rico, hasta que no aprenda a vivir con su riqueza, evidenciará una perceptible tendencia a emplearla para fines equivocados o hacer en otro caso el ridículo”. Estudiando la crisis del 29, prosigue: “Se puede saborear al máximo la muy variada imbecilidad del comportamiento humano… Puso al descubierto la necedad de los que parecían lúcidos, y falló la supuesta omnisciencia de los más reputados e ilustres señores. Cosas que quedaron ocultas por una fachada de dignidad se mostraron sin rebozo alguno, de la forma más obscena”.

No les escuchamos… Pero llegó la crisis y la “City” saltó por los aires. Exitosos ejecutivos en venta y de saldo se preguntan atónitos qué habían hecho mal. Porque han seguido el guión hasta el detalle: ambiciosos, solteros, codiciosos, despilfarradores, implacables, han relegado el resto de las cosas que podían autorrealizarles. ¿Por qué el sistema les premia poniéndoles en la calle?

Las palabras de Juan Pablo II resuenan. La gran cuestión sigue latiendo, porque tener éxito en la vida no es tener fama, sino hacer aquello que verdaderamente deseas, que te hace feliz. ¿Somos felices? ¿Este sistema nos permite mantener la felicidad a lo largo de nuestra vida?

Porque a nuestra inmensa capacidad de elección se unen riesgos casi apocalípticos. Vivimos rodeados de miedos: el cambio climático, los alimentos transgénicos, las calorías, el terrorismo a escala global, el colesterol, las pateras, la amenaza nuclear de los países emergentes. Y ahora la crisis global. Tenemos muchas cosas, muchísimas, pero vivimos permanentemente angustiados ante la posibilidad de perderlas; ante la desconfianza, ante la permanente necesidad de extender el límite de crédito de las visa. (Por cierto, ¿se han fijado en el número de huecos para tarjetas de las carteras?). Ante la soledad. Porque al llegar al mercado en busca del éxito, estamos solos, sin apoyo en un mundo hostil. Cada cual con su self, a la espera de los codazos, con las armas en alto.

Hace cinco años, esos envidiados ejecutivos de Londres, Nueva York o Madrid eran respetados. Ahora, las fuerzas sociales, los políticos de todo signo y las asociaciones los señalan con el dedo: “Vuestra ambición —les dicen— ha puesto en peligro la prosperidad de todos”. En el 29, los “pobres” ejecutivos saltaban por las ventanas. Ahora, gracias a Dios, se ha inventado el Prozac.

Todos, desde el Vaticano al diario El País, insisten en que es hora de volver a la senda del orden, del ahorro, de la austeridad, del esfuerzo; alejar el fantasma del cortoplacismo y el síndrome del éxito.

De acuerdo, hagámoslo. La cuestión es cómo. Porque si es cierto que estamos ante una crisis de valores —que nos faltan valores o que poseemos valores equivocados— lo lógico es que vayamos a buscarlos a los depósitos de sentido, al lugar donde surgen. Si se puede decir que esta es una crisis provocada por individuos avariciosos, ávidos de bienes exclusivos, muertos de éxito, se puede afirmar que la resolverán personas íntegras, sobrias, responsables, capaces de compartir, de crear para compartir, de morir de verdadera felicidad.

En la encíclica citada, Juan Pablo II añadía: “Es necesario esforzarse por implantar estilos de vida, a tenor de los cuales la búsqueda de la verdad, de la belleza y del bien, así como la comunión con los demás hombres para un crecimiento común, sean los elementos que determinen las opciones del consumo, de los ahorros y de las inversiones”. Benedicto XVI, en una audiencia reciente sostiene: “Quizás nunca como ahora la sociedad civil comprende que sólo con estilos de vida inspirados en la sobriedad, en la solidaridad y en la responsabilidad es posible construir una sociedad más justa y un futuro mejor para todos”. El diario El País afirmaba en febrero: “El diagnóstico más extendido reclama una reacción al déficit cívico… y (advierte) del olvido de los valores necesarios para desarrollar una ciudadanía democrática”.

Las claves para superar la crisis podrían encontrarse en la familia

Pero la duda persiste. ¿En qué mercado se compra sobriedad? ¿Dónde cotiza la solidaridad? ¿A qué precio está la responsabilidad? ¿Un libro de texto puede formar en la adhesión a una causa noble? ¿Una asignatura puede lograr que alguien asuma responsabilidades o sea honesto?

No, los libros no adiestran. No hay mercado para esos bienes, escasísimos. Son flores tempranas que sólo se aprenden en su fuente, donde se forja el carácter, en la familia, precisamente la institución que la modernidad ha rechazado por obsoleta. He aquí nuestra mayor torpeza, muy por encima del tipo de interés.

¿Por qué en la familia? Porque está fuera de la economía. En ella no rigen criterios de eficiencia o éxito. Se enseña, con el ejemplo, que es más feliz quien da que quien recibe; se quiere más al torpe, al que fracasa, al que no puede competir; se desea el éxito que se comparte, porque tus ganancias son mis ganancias. Nadie da duros a cuatro pesetas en el mercado. En la familia se dan gratis. Porque el oro y el petróleo cotizan, pero las personas son valores estables.

Hemos pillado una buena gripe porque nos hemos creído ciudadanos autosuficientes. La familia, Dios, la amistad parecían instituciones trasnochadas. Hasta algunos autobuses recuerdan que “Es posible que Dios no exista”. Aunque también es posible que el autobús deje de existir porque lo queme un tipo al que nadie ha hablado de Dios.

En suma, el argumento es muy simple. Si queremos salir de la crisis, necesitamos confianza, valores. Y para ello debemos potenciar la fábrica de valores. Invertir en acciones familiares. La familia que enseña responsabilidad, esfuerzo, austeridad, solidaridad es el escudo protector de la sociedad, el rodrigón con que guiar el desarrollo sostenible. Es el poder moral compensador de los estragos generados por el self. No son los políticos los que hacen ciudadanos morales, honestos, trabajadores, es la familia. Las gripes pasan, los valores no.

No será el mundo de quienes dominen la informática o las células madres, será de quien sepa transformar al hombre ciego, encerrado en su cueva, en un hombre de alta visión, capaz de ver el sol, los agujeros negros… y a aquel de quien los autobuses dicen que no existe.

Revista NUESTRO TIEMPO Nº 661 – Abril de 2010

jueves, 22 de abril de 2010

Koherencia

Si el oficialismo ha negado su derrota en las urnas, ¿por qué no negar un fracaso en el ámbito parlamentario?

Diputados: Repudian a Bonafini por promover juicios públicos contra Periodistas

Desde la UCR, repudian y rechazan el juicio público que pretende realizar la titular de la agrupación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, contra los periodistas Magdalena Ruiz Guiñazú, Joaquín Morales Sola, Julio Lagos y Mariano Grondona.

Garzón: Supremo español rechaza acusación

El lunes pasado, Falange Española de la JONS, heredera del partido único en el que se asentó la dictadura de Francisco Franco, junto al sindicato "Manos Limpias" y la organización "Libertad e Identidad" solicitaron la apertura de un juicio oral por un delito de prevaricato presuntamente cometido por Garzón.

Prudentia Politica

La confección de nuestro informe, que intenta colaborar con el desarrollo de una Visión del Mundo de nuestros lectores, nos enfrenta mes a mes a una humanidad afectada por enormes convulsiones. Mentiríamos si dijéramos que no nos cuesta a veces avizorar nuevos horizontes de optimismo. A las crisis económicas y políticas de siempre, se agrega ahora impiadosamente un escándalo que hubiéramos preferido no abordar. Pero el aumento de la intemperancia y el diálogo nos muestra una Babel casi universal, y nos obliga a suministrar algo de información al respecto.

La inflación persistente es una señal de que la economía carece de una organización monetaria adecuada

En estas circunstancias existe una sola forma de volver a librar a la economía de inflación: reorganizarla de tal forma que vuelva a tener instituciones monetarias que provean una moneda de valor estable y enderecen la política monetaria a alcanzar una meta de inflación baja. Esto significa que si el gobierno quiere influir sobre la estructura de precios relativos, tendrá que utilizar otros instrumentos, particularmente la política fiscal y las regulaciones correctoras de distorsiones. Es decir, volver a tener instituciones monetarias como las que tuvimos en la década del 90 o como las que tienen Chile, Brasil, Perú, Colombia, Uruguay, México, y la mayor parte de las economías estables del mundo.

Brasil-Nicaragua-Bolivia: El Neomarxismo Panteísta

El próximo 22 de abril se celebrará oficialmente, por primera vez, el Día Internacional de la Madre Tierra.

Los conflictos que amenazan la gobernabilidad

Pero con la fragmentación actual no parece haber ánimo alguno en este sentido, lo cual -vuelta de tuerca inesperada- podría favorecer al ex presidente Néstor Kirchner en 2011. Paradójicamente, la batalla polìtica, pese a que afecta a su esposa, podría favorecerle para volver al cargo si logra mantener unido al oficialismo y la inflación no crea pánico. Para ello, es fundamental que resista el asalto del ex presidente Duhalde, aliado con los hombres de Narváez. Si lo logra, puede que se haga realidad lo que cantan sus seguidores: “Llora la Gorda Carrió/ el Colorado también/ Néstor va a volver/”. No obstante, tampoco sería una salida que asegure estabilidad y gobernabilidad. Con el estado actual de las cosas la que realmente llora es Argentina.

Argentina: Cristina de cerca

Pocas horas en Montevideo bastaron para que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner demostrara, por lo menos, desubicación e ignorancia.

Venezuela: Creación de “guerrilla comunicacional”

La decisión del gobierno de integrar “guerrillas comunicacionales” con adolescentes de liceos públicos

“Ayn Rand. Sentido de la Vida” (A Sense of Life) Documental en español Abril 17, 2010 Por: Martha Colmenares Categoría: Temas varios El Documental

El Documental de Michael Paxton llamado “Ayn Rand. A Sense of Life” (Un sentido de la vida) realizado en el año 2004, producido por Strand Releasing. Narrado en español y algunas partes con subtitulos*, sobre esta gran mujer, filósofa y escritora nacida en Rusia, autora de la reconocida obra “El Manantil”, la cual fue llevada al cine. Muy joven emigró a los Estados Unidos, “país en donde podía sentirse totalmente libre para vivir”.

La polémica en torno al "gorilismo anti-K"

Pero lo que importa señalar aquí es que la clave del éxito del antikirchnerismo no sería pasar simplemente a un manso "no kirchnerismo" como el que propone Martínez sino formular en conjunto un proyecto nacional englobante como fueron el Acuerdo de San Nicolás o los Pactos de la Moncloa, capaz de ofrecer un futuro atractivo a los argentinos. Ortega y Gasset definió a la nación como "un "proyecto sugestivo de vida en común". ¿Lo tienen acaso los opositores?

Kirchner quiere proscribir a Proyecto Sur y empieza por acusar a Lozano

El primer paso de esta audaz estrategia habría sido atacar a Claudio Lozano como autor del robo de información privilegiada para empezar a comparar el caso con las escuchas telefónicas de Mauricio Macri y Ciro James. La idea es descalificar a Lozano ante la opinión pública como autor de actos de espionaje.

¿ahora van contra los periodistas?

El kirchnerismo parece haber sumado el ataque personal a los periodistas en su guerra contra el grupo Clarín. La acusación de Jaime al periodista Omar Lavieri y los afiches anónimos con fotos de trabajadores del medio, apuntan en esa dirección. Desde el oficialismo sostienen que no se trata de hostigamiento, sino libertad de expresión.

LA NORMA JURÍDICA Y LA CORTE

Por Armando Ribas


Las recientes decisiones de la justicia argentina contrarias a las disposiciones del gobierno nacional, se lo ha pretendido descalificar como una politización de la justicia. ¿Que quiere decir politización? No debiera caber dudas de que el rol fundamental del Poder Judicial en una república es evitar que tanto el poder ejecutivo o el legislativo violen los derechos que garantiza la Constitución.

Debemos tener en cuenta asimismo que la Constitución argentina de 1853-60 se basó en los principios ético-políticos de la Constitución de Estados Unidos de 1787 y el Bill of Rights (Declaración de Derechos) de 1801. Tanto fue así que Sarmiento en sus Comentarios a la Constitución de la Federación Argentina, dice:

"Si nuestro país se constituye bajo el sistema federal y si adopta en su carta constitucional hasta la letra de aquella otra constitución (la americana) ya discutida, ya fijada, ya probada, resulta necesariamente que toda la labor de aquella sociedad, que toda su ciencia y experiencia, viene a la par de la constitución, a servir de apoyo a la nuestra.es aplicar al texto de sus cláusulas las doctrinas de los estadistas y jurisconsultos norteamericanos y las decisiones de sus tribunales".

Al respecto dice Alberdi en sus "Bases y Puntos de Partida": "Tengo la fortuna de poder citar en apoyo del sistema que propongo el ejemplo de la última constitución célebre dada en América, la Constitución del California que es la confirmación de nuestras bases constitucionales."

Debe tenerse en cuenta que la Constitución de California no fue más que la confirmación de los principios fundamentales de la Constitución de Filadelfia, y que fueron primeramente definidos por Alexander Hamilton en la Carta 78 de El Federalista, donde escribió: "Por tanto ninguna ley contraria a la Constitución puede ser válida. Una Constitución es de hecho y así debe ser considerada por los jueces una ley fundamental. Por tanto les pertenece el derecho de decir su significado, así como el significado de cualquier ley particular que proceda del poder legislativo.la independencia de los jueces es igualmente un requisito para proteger la Constitución y los derechos de los individuos"

Estos principios fundamentales fueron reconocidos y aplicados por primera vez en la historia en 1803 por el juez Marshall en el famoso caso de Marbury vs. Madison. Así se reconoció lo que se denomina el judicial review (La Revisión Judicial). Y dijo el Juez Mashall: "Todos los que han diseñado constituciones escritas, las contemplan como que forman la ley fundamental y primordial de la Nación, y por consiguiente la teoría de estos gobiernos es que toda ley de la legislatura repugnante a la Constitución es nula. Es enfáticamente la competencia y el deber del Departamento de Justicia el decidir que es la ley."

Visto los anteriores antecedentes, es evidente que las expresiones de la Sra. Presidente, respecto a que la justicia se había politizado al decidir sobre la validez de las leyes del Congreso o de sus Decretos de Necesidad y Urgencia, muestra su desconocimiento de de la naturaleza y función de los poderes del Estado. Tales poderes de la justicia son reconocidos en el artículo 116 de la Constitución Nacional que dice:

Art. 116: "Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación el conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución y las leyes de la Nación."

Afortunadamente el actual presidente de la Corte Suprema el Dr. Ricardo Lorenzetti, recientemente ha hecho una aclaración sobre la competencia del Departamento de Justicia, que condice con los principios anteriores y dice: "Los jueces deben limitar a los otros poderes". Este reconocimiento es fundamental a los efectos de cumplir con el mandato constitucional de la división de los poderes y la defensa de los derechos que garantiza la Constitución Nacional.

Al mismo tiempo el Juez Fayt ha hecho manifestación pública de la necesidad de modificar el actual régimen del Consejo de la Magistratura, lamentablemente reconocido como tal por la Constitución reformada de 1994. Afortunadamente la pérdida de la mayoría en el Congreso habría forzado al gobierno a discutir la reforma del Consejo de la Magistratura. Esta es una necesidad primordial a fin de evitar que el Ejecutivo tenga la posibilidad de injerencia que hoy tiene el oficialismo en la selección y remoción de los jueces lo que determina una dependencia contraria al espíritu y la letra de la Constitución Nacional.

Recordemos las sabias palabras de Adam Smith al respecto:"En el progreso del despotismo la autoridad del Poder Ejecutivo absorbe gradualmente la de todo otro poder del estado y asume para si mismo la administración de todas las rentas públicas que están destinadas a cualquier otro propósito público.Cuando el Poder Judicial esta unido al Poder Ejecutivo es escasamente posible que la justicia no sea frecuentemente sacrificada a lo que se conoce vulgarmente por política.. Pero de la administración imparcial de la justicia depende la libertad de cada individuo, el sentido que tiene de su propia seguridad".

No obstante esta realidad constitucional, podría decir que desde la llegada de los Kirchner al poder, parecería que la justicia hizo mutis por el Foro. Fue así que se aprobó la anulación de las leyes de punto final y de obediencia debida, aceptándose la violación de un principio penal que es el "nulae pena sine lege" En otras palabras las leyes penales no pueden aplicarse retroactivamente, y mucho peor aun cuando se aplican con parcialidad. O sea los militares van presos pero los revolucionarios idealistas y sus descendientes fueron compensados por sus actos de terror contrarios al gobierno constitucional a comienzos de la década del setenta. Como bien dijera David Hume: "Cuidado con aquellos que están dispuestos a morir por sus ideales, pues generalmente matan".

Igualmente se aceptó durante más de seis años el otorgamiento de poderes especiales, que en la actualidad están siendo cuestionados por la justicia. El Congreso una y otra vez aceptó aplicar el artículo 76 de la Constitución que permite el otorgamiento de poderes especiales en caso de emergencia. Estos poderes especiales no son más que el traslado al ejecutivo nacional los poderes que le competen al Congreso Nacional. Y así dice el artículo citado:

Art. 76) "Se prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo salvo en materias determinadas de administración de emergencia pública, con plazo fijado para su ejercicio y dentro de las bases de la delegación que el Congreso establezca".

Dicho artículo constituye una excepción extraordinaria a lo dispuesto por el artículo 29 de la Constitución que establece:" El Congreso no puede conceder al Ejecutivo Nacional ni las legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarle sumisiones o supremacías en las que la vida el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insubsanable y sujetarán a los que las permitan, consientan o firmen a la responsabilidad y pena de infame traidores a la patria".

Es evidente que el país no ha estado en emergencia durante los últimos seis años. Y asimismo es evidente que la fortuna y el honor de los argentinos han estado a merced del gobierno nacional. ¿Que fue sino la apropiación de los fondos de las AFJP, las pretensiones de nacionalización, el no pago de la deuda pública etc.? En la actualidad se está discutiendo la constitucionalidad de los DNU que permiten el uso de las reservas del Banco Central por el gobierno nacional. Este DNU lamentablemente no es más que un caso más de la violación pertinaz y paladina del artículo 29 de la Constitución Nacional. Es hora que la oposición se entere de este hecho histórico y podamos pensar en recuperar la seguridad jurídica perdida.

Inflación: las diez causas de un fenómeno que inquieta

Mitos y verdades sobre los argumentos que utilizan economistas y funcionarios del Gobierno para explicar la fuerte aceleración de precios que se registra en la economía argentina




"El sendero del crecimiento sostenido con adecuados niveles de empleo sólo se logrará con estabilidad de precios; la inflación es el principal obstáculo." La definición no proviene de la Reserva Federal de los Estados Unidos ni del Banco Central Europeo, sino del Banco Popular de China.

El camino hacia un mundo libre de armas atómicas

El camino hacia un mundo libre de armas atómicas está lleno de obstáculos, pese a las buenas intenciones de la Administración Obama. El planeta debería hacer un esfuerzo para apuntalar el Tratado de No Proliferación Nuclear, que se revisará en mayo y que ya pasa de los 40 años. Pero, ¿ha servido para algo?




El TNP puede llevar a un horizonte ‘desnuclearizado’

Quizá, siempre y cuando exista voluntad política. Algunos autores hablan de una “segunda era atómica”,cuyo paradigma sería que las nuevas potencias contemplan las armas nucleares como parte esencial en la creación del Estado y cimentan su seguridad al margen de los grandes. Los miembros del Tratado tienen una serie de retos que superar: los ensayos nucleares de Corea de Norte, el caso iraní y las sombrías perspectivas en el gran Oriente Medio. Sin embargo, por primera vez en su historia, EE UU se ha mostrado proclive a avanzar hacia el desarme nuclear total. El discurso pronunciado por el presidente Obama en Berlín es un hito en este camino: “Éste es el momento en que debemos renovar el objetivo de un mundo sin armas nucleares. (…) Es hora de asegurar todo el material nuclear disperso, para detener la propagación de armas nucleares y para reducir los arsenales de otra era. Éste es el momento de comenzar el trabajo para la búsqueda de la paz en un mundo sin armas nucleares”. Esas intenciones se han traducido en medidas concretas, como el abandono del sistema antimisiles en Polonia, la negociación de un nuevo tratado START o la intención de remitir al Congreso estadounidense el Tratado para la Prohibición Completa de Ensayos Nucleares. Es una buena base, pero el esfuerzo debe provenir, además de EE UU, de Rusia, China, Francia y Reino Unido.

miércoles, 21 de abril de 2010

“La Argentina tiene un virus que es el autoritarismo”

Por Marcos Aguinis:

Origen. Desde su punto de vista el foco del problema se ubica en 1940 cuando se dejan las ideas democráticas por la “seducción” del fascismo y del comunismo.

El escritor y ensayista, Marcos Aguinis, opinó que la Argentina convive con un virus desde 1940 que es el “autoritarismo y el totalitarismo” cuando ingresaron y se instalaron en el país las ideas fascistas y comunistas, al tiempo que consideró que la acumulación de poder excesivo siempre “genera resentimiento porque hay abuso” al poner como ejemplo los gobierno kirchneristas.

“Hay que recordar que solo con el hombre fuerte no alcanza tiene que haber instituciones y una gobernabilidad dada por un consenso”.

En marzo de este año, Aguinis quien tiene una amplia formación en literatura, medicina, psicoanálisis, arte e historia, presentó su nueva obra Elogios del Placer. Pero el reconocido escritor no elude hablar de los problemas actuales del país siempre con una visión crítica del gobierno nacional.

Precisamente, al analizar este momento del país, Aguinis se remontó a los primeros años de gobierno de Néstor Kirchner cuando hubo una recuperación económica que hizo olvidar a la ciudadanía algunos valores democráticos.

“Cuando la situación económica comienza a mejorar influye en la sociedad y en el voto. En las sociedades que han madurado, el desarrollo económico no es suficiente para determinar la orientación del voto y eso se pudo ver en Alemania, en Inglaterra y se vio en Chile. Están buscando otros elementos más porque en esos países la situación económica institucional logra una estabilidad, porque se da por descontado que va a ir mejor y la alternancia busca ajustar lo que el gobernante anterior no vio”, remarcó.

Señaló que ante ese panorama “fundamentalmente las instituciones están tranquilas y quietas, eso lleva a que la sociedad pueda reflexionar con más inteligencia y no se deja arrastrar tanto por el impacto económico. En la Argentina hemos tenido tantos sobresaltos que cuando hay una situación económica favorable ya la gente tiende a rendirse y no se da cuenta que eso es un error y no alcanza. Hace falta tener en cuenta otros valores”.

“Se dijo que el gobierno de Kirchner es muy bueno porque es el más poderoso que tuvo la Argentina en las últimas décadas. Pero qué beneficios le traen al país”.

“Lo político y lo institucional es lo que muchas veces determina que en lo económico vayamos mejor. Lo económico solo no puede mejorar sin una fortaleza institucional”, expreso.

Para el ensayista el país tiene problemas históricos para darse cuenta. “La Argentina no aprende por una razón, creo que en la década del 40 comenzó a ser infectada por un virus hospitalario, extremadamente virulento que alteró los valores de la Argentina que era un país que crecía, que tenía un gran futuro."

El virus –dijo- que entró fue el del autoritarismo, el fascimo europeo ingresa a la Argentina y el comunismo, es decir, las ideas autoritarias y totalitarias y se aposentan y comienzan a desarrollar teorías diversas que logran el éxito y que comenzó como una mala hierba que cree y va comiendo los otros brotes. Hay palabras, situaciones y estigmas que hacen que los argentinos no podamos pensar con lucidez y con lógica.

Desde 1940 los argentinos dejamos de pensar con lógica y nos dejamos arrastrar por ideas autoritarias y seducidos por el totalitarismo, el amor otra vez al caudillo, al hombre fuerte, dejando de la etapa democrática o de la independencia, donde se buscaba otra cosa de las instituciones”.

“Hasta el día de hoy se está pensando en el hombre fuerte, quién va a ser presidente, cuál es el que viene. Hay que recordar que sólo con el hombre fuerte no alcanza tiene que haber instituciones y una gobernabilidad dada por un consenso.

El argentino no piensa en eso. Creo que esto determina que los argentinos no podamos sacar beneficio de nuestro pasado en el cual vivimos de todo. La Argentina –evaluó- es un catálogo completo de todos los errores.

Hemos pasado por todos los sistemas hemos cometido todos los errores, pero no aprendemos y continuamos dominados por este virus autoritario y totalitario de querer algo que es fuerte.

El otro día se dijo que el gobierno de Kirchner es muy bueno porque es el más poderoso que tuvo la Argentina en las últimas décadas. Puede ser el gobierno de Stalin, eso que dice, que es poderoso a través del amedrentamiento y de la persecución, de las amenazas, pero qué beneficios le traen al país”.

Sin embargo, Aguinis consideró que existen indicios que la Argentina está dándose cuenta de su situación. “Creo que llega un momento en el que se aprende porque funciona un elemento adicional, que es el hartazgo, que es el camino en el que está entrando el país y ahí comienza a haber este aprendizaje”, señaló.

Fuente: El Liberal (Corrientes)

Moyano impulsa un boicot contra empresas que aumenten los precios

Mientras avanza en los contactos con las principales organizaciones empresarias para coordinar el análisis sobre las causas y efectos de la inflación, la conducción de la CGT está decidida a dar una lucha frontal contra los sectores formadores de precios y en ese objetivo prepara una campaña para comprometer a los trabajadores en un boicot contra las empresas que aumenten “en forma desmedida y sin justificación” el precio de sus productos.

martes, 20 de abril de 2010

Manipulación obscena


En el medio de tantas idas y vueltas con las sesiones parlamentarias, ya estamos agotados de tanta mediocridad evidente que aparece en nuestra dirigencia.
Los métodos que se utilizan, la dinámica propuesta y los malos hábitos democráticos nos vienen mostrando lo peor de nosotros mismos.
Alberto

Manipulación obscena.

Una vez unos, otra vez otros. El quórum parece ser el modo más eficiente que han encontrado algunos dirigentes contemporáneos, para mostrar el lado más oscuro de los valores morales de la casta que conduce los destinos de una sociedad.

No importa si se está de un lado, o del opuesto. No resulta significativo saber si fue para favorecer a los que gobiernan o para impedirles su gestión. Lo que impacta es el modo de decidir, que apela a la más retorcida interpretación de lo escrito para justificar lo injustificable, para que, de alguna manera, todo se termine ajustando a los circunstanciales deseos de un sector político.

La forma en la que deciden los miembros de un cuerpo colegiado cuando dan quórum o lo retacean, muestra la madera con la que están hechos. Hasta los más honestos terminan sometiéndose a este precepto cuando pretenden imponer sus intereses.

Bajar al recinto, o levantarse en plena sesión, parece haberse legitimado como dinámica del funcionamiento habitual de las instituciones parlamentarias. Olvidan estos políticos, el espíritu de este instituto. Se trata de la búsqueda del equilibrio del poder al que aspira un sistema republicano. El quórum, este requisito que resulta imprescindible para legitimar las decisiones de los miembros de un cuerpo, nació para contribuir al cumplimiento de las voluntades ciudadanas y no para manipularla discrecionalmente.

No pretendió convertirse en el ícono del engaño cívico. Pero se ha constituido, sin más, en el ardid preferido de los que desean aplicar sus pareceres a cualquier precio, socavando las bases de un sistema imperfecto, pero aún insuperable.

Aún asumiendo las aberraciones que pueden derivarse de decisiones desacertadas, los legisladores no están para trampear la esencia del sistema, sino para respetarlo. Los protagonistas de esta parodia parlamentaria se lo vienen tomando como un simple juego de cartas, en el que cabe especular con el próximo movimiento del adversario, para evaluar el siguiente paso propio.

Recurrir a tan bajo recurso, a tan inmoral mecanismo, para imponer su visión, habla bastante mal de ellos, de los que hacen de la democracia una mera enunciación descartable, para moldearla a sus caprichos coyunturales.

Ya no se trata de la ausencia justificada, de esa que se deriva de un problema de salud o de un viaje a latitudes lejanas que explique la omisión. Su utilización es el corolario de la más elaborada fórmula para evitar que se concreten resoluciones indeseadas. Ni evitar decisiones equivocadas, ni impedir saqueos o imposiciones ideológicas, aunque sólo se trate de mayorías matemáticas circunstanciales, nada justifica recorrer tan deshonestos subterfugios para lograr los antojos propios.

Habrá que comprender que no se puede obtener ningún objetivo justo, con métodos aberrantes, sin quedar impregnado de la indecente práctica ejercida. El camino es tan o más importante que la meta. Que determinada forma de hacer las cosas se encuentre enmarcada en “lo permitido” no valida éticamente, por sí misma, ninguna conducta.

Sin embargo, la degradada versión actual de la política partidaria, ha conseguido instalar la idea de que aquello que está permitido, es lo más apropiado. Y es probable que sólo estemos frente a un caso de aquellos en los que cumpliendo la norma estrictamente, se alcanza ese atajo, como una astuta forma de resolver problemas.

Habrá que seguir hurgando para encontrar mecanismos que desanimen las ausencias, y al mismo tiempo consigan contener a los más audaces, a esos que compulsivamente se aprovechan de los huecos que dejan ciertas reglas. Así y todo, aún sigue lejana la imprescindible sanción cívica para quienes desprecian el espíritu republicano.

Ello no ocurrirá mientras los ciudadanos sigamos creyendo que las decisiones legislativas son sólo el equivalente al lúdico esquema que nos proponen los juegos de mesa o las competencias deportivas que nos apasionan a diario.

Gobernar no es un juego donde unos ganan y otros pierden. Se trata del medio que hemos elegido como sociedad, para asegurarnos el mejor estilo de vida posible.

Los dirigentes de hoy, los que ocupan una banca, los que vienen de la política y también los que emergieron desde otros sectores, enfrentan con bastante frecuencia esta macabra tentación de apelar a estos artilugios, aparentemente correctos, que se ocultan detrás de normas que lo posibilitan.

Muchos de ellos dudan, pero los más claudican, admitiendo la alternativa de sobrepasar ese umbral de inmoralidad que los iguala con los peores, con esos que recurren a los más sinuosos senderos de la democracia para imponer autoritariamente su parecer, abusando de los resquicios que deja un sistema vapuleado y siempre imperfecto.

Esta línea que se supera, es una más de las que se traspasa inocentemente creyendo que no opacará la dignidad del dirigente. Constituye sólo otro paso, de una larga serie, que naturaliza ciertas reglas para terminar desmoronando lo que queda de la reserva moral de los que pretenden cambiar la historia.

Seguimos viendo como se derrumban a diario muchos bienintencionados y honestos. Intentan encontrar justificación en los loables fines que persiguen y en los perversos enemigos que enfrentan. Pero parecen no darse cuenta que repiten los indecentes procedimientos que utilizan sus contrincantes. El escritor Jorge Luis Borges decía “ hay que tener cuidado al elegir a los enemigos, porque uno termina pareciéndose a ellos”.

El gran desafío es poder utilizar los apropiados medios que dignifican cualquier triunfo. Ya no se trata de acertar o equivocarse. Obtener una victoria utilizando las inmorales tácticas del adversario, es haber perdido la batalla, la más importante de ellas. Esa aparente conquista es sólo un ingrediente adicional de la progresiva destrucción moral de una dirigencia que pretendía cambiar la dinámica de su sociedad, repitiendo los históricos errores de la casta.

El quórum es una herramienta, pero su espíritu no es el que lo avasalla para interpretarlo. Habrá que aprender que nada bueno puede provenir de esta moderna forma de manipulación obscena.

Alberto Medina Méndez

amedinamendez@gmail.com

Skype: amedinamendez

www.albertomedinamendez.com

03783 – 15602694



PUBLICADO EN EL DIARIO ÉPOCA DE CORRIENTES, ARGENTINA, EL MIÉRCOLES 14 DE ABRIL DE 2010.