miércoles, 28 de julio de 2010

Sería una pena dejar pasar las formidables lecciones que este Mundial nos ha dado a los argentinos.

Pero el individualismo argentino no es exclusivamente futbolístico. En realidad, constituye uno de los males nacionales más arraigados y difíciles de erradicar, puesto que es una actitud que se encuentra en el plano cultural, inficionando así el resto de las esferas de la vida: social, política, económica.
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El principal obstáculo que el país enfrenta en las próximas elecciones no es el candidato a presidente sino la incompetencia flagrante de la clase dirigente, la inexistencia de equipos directivos, la absoluta inadvertencia en torno a la necesidad de formar un nuevo liderazgo, que debe entenderse en términos de equipos y no de hombres fuertes. La pregunta que deberíamos responder no es por quién, sino por quiénes votar.

1 comentario:

Luis Induni (Coordinador) dijo...

Las verdades siempre reiterades y ya universales sobre nuestra patología socio-política bien sintetizadas y ejemplificadas en esta nota