domingo, 25 de abril de 2010

Sí, es la ética.

Según el criterio de los líderes sudafricanos la “punitiva” es la que impone el respeto a la ley abstracta, con sus consiguientes sanciones; la “reparadora” no tiene como objetivo proteger un orden jurídico sino permitir a los culpables y víctimas volver a vivir juntos. “Para nosotros”, dice Tutu, “la armonía social es el sumum bonum, el soberano bien. Todo aquello que es susceptible de comprometer esta armonía debe ser evitado como la peste”.

Estas reflexiones poseen en estos días una ejemplar ilustración en la película “Invictus”, formidable realización de Clint Eastwood, que narra el esfuerzo gigantesco de Mandela para impedir que la población negra, humillada y martirizada durante más de medio siglo, buscara venganza. “El perdón ensancha el alma”, dice allí Mandela, encarnado en el rostro y la voz de Morgan Freeman.

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