lunes, 10 de marzo de 2008

El rol de la oposición

El rol de la oposición.

Por el Dr. Alejandro Sangenis

La palabra oposición deriva del latín oppositio, y hace referencia a la acción o efecto de oponerse. Oposición, en política, en su acepción más común, es la fuerza, en los cuerpos legislativos, que es contraria a los actos del gobierno u oficialismo que por lo general representa el antagonismo al partido gobernante. Es decir que en los sistemas democráticos básicamente “oposición” es un tipo de “conducta” o de “comportamiento” político, cuya formalización en las instituciones y en los sistemas políticos ha tenido lugar junto al desarrollo del parlamentarismo y de los partidos políticos. En las democracias frágiles por su falta de transparencia institucional, inequidad, hegemonía, autoritarismo y sobre todo por la debilidad de los partidos políticos surge otra forma de oposición que trascienden al parlamento, movimientos políticos y sociales que se oponen a las democracias de características “bananeras” y formales que en el fondo no constituyen ni un atisbo de democracia real a pesar de estar montadas en el sufragio popular. En la actualidad estamos viviendo una etapa democrática, totalmente antagónica a nuestra propia Constitución Nacional, la que nos impone un sistema representativo republicano y federal. El hiperpresidencialismo y la hipertrofia de los poderes ejecutivos es un mal endémico en nuestro país. Hoy esto se ve agravado por la disponibilidad de ingentes sumas de dineros públicos que posee el Estado, ya que se esta viviendo uno de los ciclos económicos mas favorable de la historia argentina. No es federal: las provincias dependen aproximadamente en un 70% del tesoro nacional, al no haber ley de coparticipación federal. La incidencia de los fondos nacionales en nuestra provincia esta aproximadamente en el 75%. No es republicano: los poderes legislativos y judiciales, dependen económicamente de la voluntad omnímoda del poder ejecutivo. En Tucumán esta situación se ve agravada porque el vicegobernador constitucionalmente es el presidente de la legislatura. Es decir el compañero de formula del gobernador no solamente maneja el presupuesto legislativo, sino la agenda parlamentaria, la integración de las comisiones y la designación de los funcionarios y empleados legislativos sean de carrera o de bloques políticos. Como el poema de Héctor Gagliardi: “si vos no te portas bien, le digo a los reyes magos que te dejen sin regalo y te quedas sin el tren” No es representativa: según datos suministrados por CIPEC en la actualidad, uno de cada tres votantes, lo hace de forma condicionada, por el clientelismo, asistencialismo y maniobras coercitivas y prevendarias por parte del oficialismo gobernante. La media en las regiones más pobres NOA y NEA, es casi de dos ciudadanos cada tres, que votan en forma obligada. No elijen, son transportados, sobornados u obligados a votar por el candidato oficial. Esto nos obliga a reformular el concepto de circunscribir la oposición solamente al poder legislativo. La inequidad en tiempos de vacas gordas, cuando aumenta la brecha entre ricos y pobres y la transferencia de la renta es casi del 60% en manos del 20% más pudiente, correspondiéndole solamente el 4% al segmento que representa el 10% mas pobre. El rol de la oposición legislativa es principalmente de controlar los actos de gobierno, tarea que ante el ocultamiento de cifras, de actos administrativos y la aparición de institutos paralelos para burlar los controles públicos como son los fondos fiduciarios en manos del estado, se hace bastante difícil, si a eso le sumamos la abrumadora suma de legisladores oficialistas y la “borocotizacion” de gran parte de la oposición. Una inflación entre el 20% y el 25%, y el constante aumento de las tarifas de los servicios públicos, generan un clima de vulnerabilidad social que impone la urgente convergencia de los movimientos sociales y políticos no cooptados por parte del oficialismo en una estrategia común que trasciende a las instituciones y obviamente requiere una gran participación ciudadana, con respeto, tolerancia en el disenso y firmeza en el consenso para recuperar nuestro sistema republicano representativo federal y sobre todo evitar este proceso de concentración de las riquezas y el saqueo de nuestros recursos naturales. Es interesante transcribir parcialmente los conceptos de Guillermo Lascano Quintana, sobre la oposición política, vertidos recientemente en “El Club Del Progreso”. “Muchos argentinos se quejan de la ausencia de oposición política al gobierno o critican a los opositores por no constituirse en verdaderos censores de las acciones gubernamentales o señalan la falta de cuestionamientos o la ausencia de propuestas alternativas”<7i>. Esta queja merece ser analizada con cuidado. En primer lugar la “ausencia” de oposición beneficia al gobierno; a cualquiera, pero, en especial a éste que con sus mentiras, prédicas demagógicas y autoritarismo, utiliza el argumento de falta de oposición, como arma para afirmar que sus políticas no generan reacción y son, en consecuencia, correctas o justas o admitidas por todos. En consecuencia, no es bueno, para quienes no piensan como el gobierno o se oponen a sus acciones, señalar que no hay contrincantes capaces de cuestionar lo que se hace o se deja de hacer. Si se insiste con la cantinela de que no hay oposición o que ella no hace nada, se le está haciendo el juego al gobierno. En segundo lugar la oposición no es, ni tiene que ser, un bloque uniforme de personas o instituciones, que critique unánimemente lo que haga el gobierno. Son opositores los que están en desacuerdo con todo o con parte de la acción gubernamental. En términos numéricos son opositores todos los que no votaron por el partido del gobierno, en las últimas elecciones (Incluyo en el partido del gobierno a quienes aparentaron ser opositores cuando en realidad no lo eran). Eso es un número muy grande de ciudadanos al que puede sumársele el de aquellos que no votaron o votaron en blanco. Son muchos millones de personas. En tercer lugar, la crítica que estoy analizando, parece centrarse, si se admite lo afirmado en el párrafo precedente, en los dirigentes de partidos políticos distintos de los que responden o sustentan al gobierno y no en las personas opositoras. Esos dirigentes, tienen todas las taras de los argentinos, porque los representan; son sus referentes; han sido elegidos o tolerados por afiliados que son como ellos: superficiales, plañideros, poco trabajadores, amigos de la retórica y del éxito periodístico, con las mismas mañas de quienes gobiernan, que quieren ser populares aún a costa de sus convicciones, que en muchos casos no son tan firmes como deberían ser si fueran auténticas. A esos señores y señoras, sus críticos les piden o exigen, además, gestiones o conductas imposibles, a saber y a título de ejemplo: que controlen y cuestionen los gastos del gobierno, que analicen todos la información que suministra el gobierno y la cuestionen o rebatan, si corresponde, que ofrezcan planes alternativos en materia económica, social, cultural, de vivienda u obra pública, que ofrezcan alternativas en materia educativa, de salud pública, que analicen y cuestionen, la política monetaria o la exterior, etc.. Pero además les exigen que atiendan a sus necesidades personales, que les consigan un subsidio, o una exención impositiva, o un puesto público, pavimentos para sus ciudades, cloacas para sus vecindarios, etc. Con esas exigencias y habida cuenta de las características de los “opositores” el resultado es el previsible: el gobierno no tiene quien sea su alternativa. Si además, los dirigentes “opositores” pretenden ofrecer lo mismo que el gobierno, es decir, demagogia, los dirigentes “opositores”, no son tales. Este panorama dramático, puede ser revertido, aunque no a corto plazo, si se cumplen, a mi juicio, algunas premisas. Hay que admitir que los argentinos somos como somos y que no nos parecemos ni a los japoneses, ni a los alemanes, ni a los españoles, irlandeses o chilenos y que tenemos lo que nos merecemos, por nuestra propia conducta y no por designios de otros. También tenemos que convencernos que la destrucción de tantos años no la vamos a reponer en pocos y sin esfuerzos. Esos esfuerzos, que deben ser hechos por aquellos que menos contaminados estén y por los pocos incontaminados, deben estar enderezados al largo plazo. Si esto es así, lo que hay que hacer es comprometerse al irrestricto respeto de la Constitución y las leyes, bregando por que los legisladores cumplan con sus funciones, los empleados públicos administren nuestros impuestos legalmente, que los policías controlen el delito y los jueces apliquen la ley. Si eso sucede y se nos garantiza, como marca la Constitución, la libertad política, el ejercicio de nuestras industrias y oficios, la propiedad de nuestros bienes, el debido proceso, la libertad de enseñar y aprender, quienes integran la Argentina Invisible, la que de aquellos que trabajan, pagan impuestos, respetan la ley y las normas de convivencia, se ocupan de los necesitados, educan correctamente a sus hijos, deberán hacer un esfuerzo adicional: el de enseñar sus costumbres a los demás. Esta no es una tarea de corto plazo, ni es sencilla, ni brindará honores a quienes al emprendan, pero es la única capaz de convocar a quienes aún tienen esperanza, convencer a los dubitativos y barrer con los canallas.” ¿Gobernando desde la Oposición? …o crónica de una muerte anunciada La hegemonía del “cesarismo” conyugal hoy parece no tener límites ni escrúpulos algunos. Evidentemente, Kristina no es tan presidenta ni Néstor tampoco es tan ex presidente. Acá no hay ningún doble comando, como surgieron de algunas voces de “pejotismo” disidente. Estamos ante la presencia inédita en que un ex presidente, sigue siendo presidente, a pesar de no ser presidente y no revestir la banda ni la investidura presidencial. Puerto Madero o Puerto Grosso, obra faraónica iniciada por el denostado ex intendente de la ciudad de Buenos Aires Carlos Grosso, se ha convertido en el templo donde concurren feligreses, acólitos y besamanos del poder kirchnerista. Empresarios, sindicalistas, dirigentes peronistas, socialistas y radicales “borocotizados”, piqueteros “domesticados” por el calor de la salamandra oficial, ex revolucionarios y hasta algunos nostálgicos transversales se han convertido en los moradores, de una de las áreas mas elitistas del país donde el metro cuadrado no baja de 6 mil dólares. Hasta la reorganización del partido justicialista y la creación de un justicialismo amplificado muy similar al PRI mejicano, se diseño arquitectónicamente a la vera del Río de la Plata. Esto demuestra que la Casa Rosada se ha convertido en un simple anexo de las oficinas del no tan ex presidente. Los opositores que tienen la obligación de gobernar casos como el de Macri, Binner, Fabiana Ríos, gobernadores e intendentes a pesar de ser ungidos por votos opositores al gobierno Kirchnerista, parecen que están condenados y obligados solamente a “gestionar”. Es tan perversa la dependencia que tienen con las arcas del estado nacional que tienen que convertirse de golpe en novatos equilibristas para poder afrontar los problemas de los estados que conducen. Es decir que viven en un estado de libertad condicional, con prisión preventiva y que autoridades electivas emanadas de los votos de la oposición, se ven obligados a un transformismo político para no irritar al dueño de la billetera del estado, que es el Poder Ejecutivo Nacional. Billetera mata galán. El mismo Scioli en la Provincia de Buenos Aires se ha transformado en un Gobernador rehén de las arcaicas estructuras “pejotistas”. Además de tener que soportar los embates de la nueva “lechigada” del PJ que son sus aliados de las mas disímiles procedencias, y subsidiados por el presupuesto nacional. Esta metodología se aplica de forma similar al mundo empresarial. Parece ser que el apotegma de esclavo o enemigo, ha logrado silenciar hasta los más poderoso grupos económicos. Ni que hablar de los compañeros sindicalistas .Siempre rugen como leones y la mayoría terminan siendo más buenos que “Lassie”, previo fortalecimiento de sus arcas. Primero la caja, luego la familia y después el sindicato, parece ser una de las nuevas verdades de los muchachos peronistas. La oposición cualquiera sea el rol institucional o no, que ocupe no puede pecar de ingenuidad. No se puede esperar nada de la soberbia y el autoritarismo gobernante Estos personajes son ciegos y sordos a la realidad. .Viven de la ficción y lo que es peor construyen ficciones cotidianas, se las creen, las internalizan y las profetizan montados en la publicidad estatal. Por lo tanto los opositores que fueron elegidos para gobernar, tienen que hacerlo y no ceder a las presiones ni a las actitudes coercitivas de del oficialismo. Su silencio, su actitud de equilibristas, los lleva inexorablemente a la crónica de una muerte anunciada La salud de la república y la de ellos propia esta correlacionada con la templaza y valentía no solamente de resistir, sino de denunciar y difundir todo tipo de metodología incompatible con un sistema democrático. Deben comprender que fueron elegidos para gestionar y administrar de una manera distinta a las prácticas del oficialismo. Ha llegado la hora del dialogo y del debate El desafío de la oposición hoy consiste converger en disensos y consensos para tratar de restablecer la República, hoy sepultada por el hegemonismo y el superávit fiscal, que dota al estado nacional de ingentes sumas dinerarias que le permite la cooptación de las fuerzas políticas, movimientos sociales, industriales, empresarios y a las más diversas expresiones de la sociedad argentina. Sin una ley de coparticipación federal es imposible doblegar a un estado que pone de rodillas con los dineros del pueblo a las instituciones. No le faltan razones a Natalio Botana, cuando expresa: “la oposición no puede solamente seguir desempeñando el papel de la protesta y la denuncia. Debe enunciar también las bases de una futura gobernabilidad hoy capturada – y no sin razón – por la supremacía oficialista. La oposición que no sabe recrear las bases futuras del gobierno no es oposición política: es, en un terreno donde circulan “cajas” y “valijas”, una necesaria oposición moral aunque renga de una pata. El reclamo de la sociedad para conjugar en una fórmula efectiva la moral y el gobierno no debe caer pues en saco roto”. La responsabilidad de la política y también de la ciudadanía es encontrar las formas, el camino, el “como”, y sobre todo tener un diagnóstico de situación real contra quién se está luchando. Estos temas serán por mi parte tratados en forma detallada en un próximo artículo. La tarea es urgente porque estamos ante una política de muy corto plazo por parte de quienes gobiernan, especialmente el Estado Nacional. No se vislumbran buenos tiempos en el futuro de la Nación Argentina. Más de una vez, pienso que estamos ante un modelo perverso de exclusión, dirigido por el propio estado para arrodillar al pueblo argentino. Cuál es la forma más indigna de arrodillar a un individuo si no es sumergirlo en el pantano de la ignorancia. A mayor ignorancia, mayor clientelismo, y obviamente mayor cantidad de votos cautivos y clientelares La actitud pasiva de esperar que se precipiten los acontecimientos y esperar los tiempos de crisis es la forma más rotunda de negar una alternativa y una alternancia. Los roles, los tiempos, las obligaciones, los deberes, las propuestas y sobre todo recrear ámbitos de credibilidad en la sociedad es el desafió mas difícil que tenemos los opositores a futuro. Ha llegado la hora del dialogo y del debate. La patria siempre esta primero. Dr. Alejandro C. Sangenis Movimiento Popular Tres Banderas El Movimiento Popular Tres Banderas formó parte de la coalición "UNA" que llevó como candiato a Diputado Nacional a José Ignacio García Hamilton, consiguiendo arrebatar una banca al oficialismo tucumano

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